Esta receta, sencilla y tradicional, la han transmitido a las nuevas generaciones nuestros mayores que vivieron los años sesenta. En California la popularizó nada menos que el gran Ed Rosenthal, y allí es bien conocida y utilizada, especialmente en el norte. Síguela y obtendrás un buen puñado de hachís muy puro y pegajoso, de primera calidad.
Elaboración:
1. Empieza picando las hojas anchas y los recortes que congelaste en un bloque después de la cosecha en trozos de 2cm, empleando un cuchillo afilado o de sierra. Esto facilita la separación de los tricomas del resto de material.
2. Llena un recipiente hasta un tercio con las hojas picadas.
3. Cúbrelas con agua. Añade sólo la justa para cubrirlas, si no luego tendrás que eliminar la sobrante.
4. Una vez cubierta la hierba, añade hielo (un diez por ciento del recipiente).
5. Para agitar el material, utiliza un taladro industrial con una vara mezcladora larga y gruesa, con una forma similar a la de los pedales de bicicleta (un taladro normal no tiene la potencia suficiente para agitar una mezcla helada). Se trata de separar del todo los tricomas. Tendrás que hacerlo durante más o menos tiempo, según la cantidad de materia vegetal.
6. Retira la espuma que se forma al batir. Descartarla
7. Elimina el agua de la materia vegetal con un colador, hay que remover con energía el agua a medida que se retira la hierba mojada y vaciarlo en la basura.
8. Las sobras todavía pueden servir para hacer pasteles.
9. Una vez escurrida el agua, el resto se enjuaga con agua limpia para que los tricomas que quedan en la hierba se añadan al líquido.
10. Filtra los tricomas utilizando dos filtros. Primero una malla a modo de bolsa dentro de un segundo recipiente.
11. Encima del recipiente se coloca otra malla de agujeros más grandes montada en un bastidor. Al pasar el agua del primer recipiente al segundo, este filtro retiene todo el material de mayor tamaño que hay en la mezcla, dejando sólo los cristales más finos en el agua que pasa a la otra malla en forma de bolsa.
12. La mezcla de agua y cristales en la malla más fina se levanta despacio del recipiente, dejando que drene el agua. El agua restante se elimina exprimiendo la mezcla a través de la malla.
El hachís obtenido se deja secar durante unos días al aire libre. Después, ya puede fumarse, aunque su potencia y frescura puede provocar ataques de tos en las primeras caladas. ¡Bon appetit!
Fuente sacada: Dinafem
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