«Seamos honestos: a todos nos gusta alguna droga», confiesa este científico, que lleva 20 años investigando el poder terapéutico de la marihuana
Manuel Guzmán Biólogo molecular
Los porros, bien fumados, tampoco son tan malos. Lo dice el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular Manuel Guzmán, que lleva décadas investigando en la Universidad Complutense de Madrid el poder terapéutico de la marihuana. «El cannabis no es un ángel, pero tampoco un demonio», sostiene. «Es solo una sustancia más, como otras del organismo, que permite que las células se comuniquen entre sí».
- ¿Se pasó Barack Obama cuando dijo que fumar cannabis no es más peligroso que beber alcohol?
- No, porque es cierto. La peligrosidad del alcohol a nivel social y de salud pública es mucho mayor. El cannabis no provoca muertes directas, pero el alcohol sí. Vivimos en una sociedad con dos drogas legales y muchísimas ilegales. Pero podemos imaginar otras más o menos felices y con drogas distintas.
- ¿A qué obedecen nuestras simpatías por alcohol y tabaco?
- A principios del siglo XX hubo una lucha política y económica muy fuerte en EEUU por el mercado social de las tres drogas que se consumían. Ganaron dos y perdió una, la marihuana.
- ¿Dice usted que el cannabis es como el colesterol...?
- Sí, depende de la dosis. Pasa lo mismo con la sal. Es un compuesto esencial para nuestro cuerpo, pero si tomamos más de lo necesario sufriremos hipertensión.
- En los '80 se decía que el porro abría la puerta a la heroína.
- Y que si nos hacíamos pajas nos quedaríamos ciegos. Nos han dicho tantas mentiras en nuestra vida, que luego cuesta años arrancarse el estigma. La 'teoría de la escalada' nunca se ha demostrado.
- Pero el consumo de cannabis también se ha relacionado con casos de psicosis y esquizofrenia.
- ¡Claro! Un mismo fármaco a un paciente le va fenomenal y a otro le sienta fatal. Tampoco quiero banalizar los riesgos del consumo de determinadas sustancias sobre la salud mental. En algunas personas existe el riesgo de psicosis y fobias. No hablaría de esquizofrenias, porque no está bien demostrado.
- La marihuana, en adultos, no es una sustancia neurotóxica, no mata neuronas. Sin embargo, hay drogas que cuando se consumen desmesuradamente sí pueden serlo, como el alcohol y algunos psicoestimulantes, como la cocaína.
- Hábleme del uso terapéutico del cannabis.
- Puede tener muchos, pero hay cuatro reconocidos. Inhibe las náuseas y los vómitos, estimula el apetito y la ingesta en pacientes con enfermedades degenerativas, actúa como analgésico y, por último, disminuye la actividad motora, algo muy eficaz en trastornos como la esclerosis múltiple.
- ¿Cómo combina todo lo que dice con esa imagen de jóvenes 'colocados' ya a primera hora del día?
- El cerebro no termina de desarrollarse hasta los 18 años; y a los 14 las neuronas no han completado su arborización. No han 'crecido' todas las terminales que permiten contactarse a las neuronas.
- ¿Qué hacemos con ellos...?
- Yo les recomendaría esperar un poquillo. Si quieren probar drogas, que lo hagan en un contexto adecuado con una persona que las conozca, una sustancia de calidad y en una dosis moderada. Está demostrado que prohibir las cosas siempre tiene un efecto pernicioso.
- También conozco mayores, de 50 años y más, que se fuman un porrito y se lo pasan fenomenal.
- Hay que ser honesto y reconocer que a todos nos gusta alguna droga. Los núcleos que se activan en el cerebro cuando algo nos da placer son los mismos para las drogas que para el sexo, la comida y la música.
- Cuesta imaginarse a personas con hijos mayores 'trapicheando' para fumarse un porrito.
- Es del todo absurdo. El tabaco es legal y no se le conoce efecto terapéutico alguno. Cualquier sustancia debería poder ser consumida para un uso recreativo por personas mayores de edad, con el debido asesoramiento. Incluso a precios asequibles y con la supervisión de los poderes públicos para que se proporcione un producto de calidad. Con una información objetiva, sin banalizar. Que al final, en la vida, de lo que se trata es de ser feliz.