Movimiento por la normalización del cannabis. BASTA YA DE OPRESIÓN.
Sergio Alonso Pujiula , sociólogo.
La acción política por la normalización legislativa del cannabis comenzaba a finales de los años ‘80 con publicaciones aisladas, pero la acción colectiva basada en el movimiento social no surge hasta finales de los ‘90, junto a la reivindicación de otros derechos civiles negados en la actual ‘democracia’. Este artículo repasa la historia reciente del antiprohibicionismo.
A principios de los ’90, tras el endurecimiento de las leyes con respecto al cannabis en 1988 y con la intención de poder establecer unas redes sociales compactas y duraderas entre los usuarios del cannabis se recurrió a la fórmula del asociacionismo. La primera fue la Asociación por la Legalización de las Drogas de Navarra en 1990. A ella siguió un año después la Asociación Ramos Santos de Estudios del Cannabis (ARSEC) en Barcelona.
En 1992 se crea en el País Vasco la Plataforma para la Liberalización de las Drogas, Bizitzeko. Pero los grupos de presión prohibicionistas consiguieron que ese año la élite política reformara la legislación sobre drogas endureciéndola aún más con la llamada Ley Corcuera.
Primera acción colectiva
En 1993 la ARSEC decide realizar la primera acción colectiva basándose en que el cultivo privado destinado al consumo privado del propio cultivador es impune, además de ser un acto de rechazo al mercado negro. La asociación realizó una plantación colectiva en Reus de 194 ejemplares para 97 socios para su consumo privado; pero la Guardia Civil incautó el cultivo y comenzó un proceso judicial para Jaume Torrens, Jaume Prats, Josep Baltierrez y Felipe Borrallo que acabó con una sentencia condenatoria de cuatro meses de cárcel y medio millón de pesetas. El ataque supuso un duro golpe para el movimiento social.
Poco a poco comenzaron a surgir numerosas asociaciones por todo el país, como la Associació Lliure Antiprohibicionista (ALA) la Asociación Madrileña de Estudios sobre el Cannabis (AMEC), la Asociación de Estudios sobre el Cannabis Al-Andalus (AECA), la Asociación Ramos Santos de Estudios del Cannabis de Andalucía (ARSECA), la Asociación Mallorquina para la Información del Cannabis (AMIC), la Sociedad de Estudios del Cáñamo de Aragón (SECA), etc.
Encuentro europeo
La ARSEC en 1996 organiza el II Encuentro Europeo de Consumidores de Cannabis en Barcelona, donde junto con las asociaciones anteriormente citadas crearon la Coordinadora Estatal de Organizaciones por la Normalización del Cannabis (CEONC) con la intención de mejorar la coordinación del movimiento social. Un año después la CEONC decidió poner en marcha la campaña Contra la prohibición, me planto, que defendía el derecho a la autoproducción y se planteaba recurrir a la acción colectiva que había utilizado la ARSEC unos años antes (plantaciones colectivas).
Sin embargo, la única asociación que lo llevó a cabo fue la Asociación de Estudios del Cannabis de Euskadi Kalamudia. En la plantación colectiva participaron unos 120 cultivadores (entre ellos músicos, artistas, políticos, periodistas...), tuvo una gran difusión pública, sin que se produjera ninguna represalia judicial ni por parte de la élite política. El éxito hizo que la acción colectiva se repitiera en 2000 y 2001.
Revista ‘Cáñamo’
En 1997 nace la revista Cáñamo de manos de algunos miembros de la ARSEC, convirtiéndose en la primera revista de tirada nacional sobre la cultura del cáñamo y en voz del movimiento antiprohibicionista. Unos meses antes de mano de la SECA había nacido El Cogollo, revista editada en Zaragoza. Éstas sirvieron de medio para dar a conocer las asociaciones y para la difusión de las acciones colectivas de la Coordinadora Estatal.
Además, ese año se produce un boom de unas tiendas nacidas pocos años antes: las growshops, dedicadas a la venta de elementos para el autocultivo de cannabis. A finales de año la CEONC realiza su segunda campaña consistente en la denuncia de la Ley de Seguridad Ciudadana, donde las asociaciones presentarían un dossier al defensor del pueblo.
A pesar del incremento de la represión de la élite sobre el movimiento a partir de 2000, éste continuó realizando diferentes acciones colectivas: conciertos, manifestaciones, concentraciones, concursos y copas cannábicas, encuentros y jornadas con charlas, debates y foros, asesoramiento informativo y medicinal a ciudadanos, etc.
Por otro lado, Martín Barriuso, Jaime Prats y Joan Ramón Laporte (CEONC) actuaron como portavoces durante una comisión sobre drogas en el Congreso de los Diputados, pero la falta de recursos provocó que en 2002 desapareciera la Coordinadora Estatal, aunque en 2003 este espacio lo llenó la Federación de Asociaciones Cannábicas (FAC).
Ese mismo año nace el Partido Cannabis por la Legalización y la Normalización (PCLYN) en Valencia. En su origen este partido fue apoyado por la Asociación de la Cultura Cannábica de Valencia, la FAC y otras. Se estrenó en las elecciones municipales de 2003 convirtiéndose en la sexta fuerza política de Valencia. Pero el partido pronto empezó a enemistarse con la práctica totalidad del movimiento social hasta su desaparición. La ausencia del PCLYN no ha supuesto para el movimiento social el abandono de la acción política electoral, puesto que este año se ha creado también la Representación Cannábica Navarra (RCN/NOK) y, además, en Zaragoza, el Partido Ecologista del Cannabis (PEC).
ACCIÓN COLECTIVA TRANSNACIONAL
El movimiento cannábico español se puso en contacto con miembros del movimiento a nivel internacional por medio del Consejo Europeo de ONG sobre Drogas (ENCOD), que es una red de ONG cuya finalidad es estudiar el impacto del tráfico de drogas, las políticas internacionales y estimular la participación de la sociedad civil en esta materia. Varios grupos del movimiento tomaron parte de la creación de la Coalición Internacional de ONG por una Política de Drogas Justa y Eficaz, que tuvo lugar en Turín en 1997. La acción colectiva más importante del ENCOD es la Global Marijuana March. La edición de 2006 tuvo lugar en 204 ciudades, 29 más que en el año anterior; dentro del territorio español las asociaciones antiprohibicionistas organizaron la marcha en Madrid, Vigo, León, Málaga y Puerto del Rosario. En la actualidad, esta marcha se ha convertido en una de las acciones colectivas más importantes del movimiento que lucha por la despenalización y normalización del cannabis.
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