martes, 23 de junio de 2015

¿CUÁL ES LA MEJOR Y MÁS SALUDABLE FORMA DE ELABORAR EL ACEITE DE CANNABIS?



¿Qué es el aceite de cannabis?

Los extractos concentrados de cannabis, también conocidos como aceites de cannabis debido a su aspecto pegajoso y viscoso, son cada vez más mencionados por los pacientes como automedicación para la cura del cáncer. En general, los métodos de preparación del aceite de cannabis son relativamente simples y no requieren utensilios especiales. El propósito de la extracción, a menudo seguida de una fase de evaporación del disolvente, es hacer que los cannabinoides y otros componentes beneficiosos como los terpenos estén disponibles en altas concentraciones. El aceite de cannabis se suele tomar por vía oral, mediante ingesta de un pequeño número de gotas varias veces al día. Aquí se encuentra información sobre la cuestión de si el cannabis puede curar el cáncer.


¿Cómo se prepara el aceite de cannabis?

Se han descrito varios métodos para la preparación del aceite de cannabis. El más popular, propuesto por el ex-enfermo de cáncer (de piel) Rick Simpson de Canadá, sugiere el uso de nafta o éter de petróleo como disolvente para la extracción. Tras el éxito del aceite Simpson, han surgido una serie de recetas parecidas que hacen hincapié en pequeños pero significativos cambios de la fórmula original. Como ejemplos, el que incluye un enfoque más seguro respecto al disolvente utilizando etanol, o la forma de prevenir la exposición a un disolvente orgánico mediante el uso de aceite de oliva.

¿Qué es el nafta o éter de petróleo?

En general, la denominación de éter de petróleo y nafta se refieren a productos muy similares, aunque pueden utilizarse diferentes nombres en todo el mundo; por ejemplo, en algunos países el nafta equivale al combustible diesel o queroseno. Ambos disolventes son una mezcla de hidrocarburos de petróleo, a menudo disponibles en una amplia gama de formas. Todos los disolventes deben ser considerados nocivos e inflamables y algunos de ellos, como el hexano y el benceno, pueden ser neurotóxicos. Según sus fabricantes tanto el nafta como el éter de petróleo son considerados peligros por ser potenciales causantes de cáncer. Además, los productos vendidos como nafta pueden contener impurezas añadidas (por ejemplo, combustible Coleman®) que pueden tener propiedades perjudiciales por sí mismas.

¿Los residuos del disolvente suponen un riesgo para la salud?

Aunque los aceites de cannabis se concentran generalmente mediante la evaporación de los disolventes que se han utilizado para la extracción, estos no se eliminan completamente y pueden quedar residuos. Como resultado de la viscosidad de la muestra, mientras más concentrado sea un extracto más difícil será eliminar el disolvente residual del mismo. En tal caso la aplicación de más calor aumentará la evaporación del disolvente, pero simultáneamente se puede perder también más componentes beneficiosos (como cannabinoides o terpenos). Por tanto siempre es más recomendable el uso de disolventes no tóxicos, de manera que los posibles residuos no sean perjudiciales para la salud.

¿Cuál es la mejor y más saludable forma de preparar aceite de cannabis?

Recientemente se realizó un estudio analítico para comparar varios métodos habituales de preparación usados respecto a la cantidad de cannabinoides, terpenos y residuos de disolventes. Los disolventes ensayados incluyeron el etanol, el nafta, el éter de petróleo y el aceite de oliva. Basándonos en este estudio, podemos hacer las siguientes recomendaciones:

Como disolventes de extracción, el etanol y el aceite de oliva lograron los mejores resultados, la extracción de la gama completa de terpenos y cannabinoides presentes en el material herbal de cannabis fue muy eficiente. Además, estos disolventes son seguros para el consumo.

Desgraciadamente el etanol puro también extrae grandes cantidades de clorofila del material herbal de cannabis, lo que da al extracto final un verdor distinto y a menudo un sabor desagradable. Del extracto de etanol se puede eliminar eficazmente la clorofila por filtración a través de carbón activado, pero también se separa gran cantidad de cannabinoides y terpenos, por lo que no es recomendado. Además en muchos países el etanol comestible es un disolvente caro, como resultado de los impuestos añadidos al alcohol.

Esto deja al aceite de oliva entre todos los disolventes ensayados como la elección más óptima para la preparación de aceite de cannabis para la automedicación. El aceite de oliva es barato, no inflamable ni tóxico, y debe calentarse sólo hasta 100° C (mediante el empleo de un frasco de vidrio con el producto en agua hirviendo durante 1-2 horas) de manera que no necesita ser sobrecalentado. Después de enfriar y filtrar el aceite ya está listo para el consumo. Como desventaja, sin embargo, el extracto de aceite de oliva no se puede concentrar por evaporación, lo que significa que los pacientes tendrán que consumir un mayor volumen del mismo para obtener los mismos resultados terapéuticos.

El precalentamiento del cannabis para “activar” (descarboxilación) los cannabinoides puede dar como resultado la pérdida de terpenos por evaporación. Si se desea una gama completa de terpenos en el aceite de cannabis final, se puede utilizar para la extracción brotes y hojas secas directamente, sin precalentamiento.


Sobre el autor

El Dr. Arno Hazekamp es investigador fitoquímico del Departamento de Metabolómica de Plantas de la Universidad de Leiden, Países Bajos. También coordina el programa de I+D de Bedrocan BV.



Fuente sacada: Marihuana Medicinal

martes, 16 de junio de 2015

Cómo hacer hachís en casa: la receta tradicional californiana

Arguiñano decía que "del cerdo se aprovechan hasta los andares". La marihuana también es aprovechable prácticamente al completo, desde sus codiciadas inflorescencias hasta el material de recorte. Después de una cosecha fructífera, con los cogollos bien almacenados en sus botes de cristal y listos para la cata, hacer hachís casero es una manera fantástica de reciclar toda esa materia vegetal que ha sobrado de podas y manicurado.

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Esta receta, sencilla y tradicional, la han transmitido a las nuevas generaciones nuestros mayores que vivieron los años sesenta. En California la popularizó nada menos que el gran Ed Rosenthal, y allí es bien conocida y utilizada, especialmente en el norte. Síguela y obtendrás un buen puñado de hachís muy puro y pegajoso, de primera calidad.
Elaboración: 

1. Empieza picando las hojas anchas y los recortes que congelaste en un bloque después de la cosecha en trozos de 2cm, empleando un cuchillo afilado o de sierra. Esto facilita la separación de los tricomas del resto de material. 

2. Llena un recipiente hasta un tercio con las hojas picadas.

3. Cúbrelas con agua. Añade sólo la justa para cubrirlas, si no luego tendrás que eliminar la sobrante.

4. Una vez cubierta la hierba, añade hielo (un diez por ciento del recipiente).

5. Para agitar el material, utiliza un taladro industrial con una vara mezcladora larga y gruesa, con una forma similar a la de los pedales de bicicleta (un taladro normal no tiene la potencia suficiente para agitar una mezcla helada). Se trata de separar del todo los tricomas. Tendrás que hacerlo durante más o menos tiempo, según la cantidad de materia vegetal.

6. Retira la espuma que se forma al batir. Descartarla

7. Elimina el agua de la materia vegetal con un colador, hay que remover con energía el agua a medida que se retira la hierba mojada y vaciarlo en la basura.


8. Las sobras todavía pueden servir para hacer pasteles. 

9. Una vez escurrida el agua, el resto se enjuaga con agua limpia para que los tricomas que quedan en la hierba se añadan al líquido.

10. Filtra los tricomas utilizando dos filtros. Primero una malla a modo de bolsa dentro de un segundo recipiente.

11. Encima del recipiente se coloca otra malla de agujeros más grandes montada en un bastidor. Al pasar el agua del primer recipiente al segundo, este filtro retiene todo el material de mayor tamaño que hay en la mezcla, dejando sólo los cristales más finos en el agua que pasa a la otra malla en forma de bolsa.

12. La mezcla de agua y cristales en la malla más fina se levanta despacio del recipiente, dejando que drene el agua. El agua restante se elimina exprimiendo la mezcla a través de la malla.

El hachís obtenido se deja secar durante unos días al aire libre. Después, ya puede fumarse, aunque su potencia y frescura puede provocar ataques de tos en las primeras caladas. ¡Bon appetit!






Fuente sacada: Dinafem


lunes, 8 de junio de 2015

El autocultivo de cannabis ha sido despenalizado

Por Enrique Fornés. Una noticia sorpresa maravillosa antiprohibicionista para todos los cultivadores, Grows Shop, horticultores y Asociaciones Cannabicas.


Os cuento como ha quedado la ley de seguridad ciudadana que entra en vigor el 1 de julio.

La multa mínima ha quedado en 600 euros, no en 1000 el euros como estaba previsto.

Sigue siendo sanción administrativa la tenencia de la mínima cantidad de droga en lugares, vías, establecimientos públicos o transportes colectivos (art.36.16).

La noticia maravillosa es que se ha añadido al art. 36 por primera vez un párrafo, el 18, relativo al cultivo de cannabis, y se dice que solo es sancionable “en lugares visibles al público”. (art. 36.18).

Al quedar por primera vez en la historia democrática tipificado expresamente los actos de plantación y cultivos ilícitos, se determina expresa y claramente lo que está prohibido, y en sentido contrario, lo que está permitido.

La anterior ley franquista que prohibía el cultivo de cannabis era de 8 de abril de 1967, ley que “prohibía” pero no sancionaba a los infractores. De ahí que se dijera que estaba prohibido germinar las semillas

El gobierno de España ha decidido de golpe y porrazo, en la nueva ley de seguridad ciudadana, despenalizar el autocultivo de cannabis. ¿Por qué lo ha hecho? No lo se, porque en el anteproyecto del 2013 no estaba previsto.

Texto del artículo 36: “Infracciones graves” 18. “La ejecución de actos de plantación y cultivo ilícitos de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicasen lugares visibles al público, cuando no sean constitutivos de infracción penal”. 

Los Grow Shop y horticultores pueden vender esquejes siempre que no los expongan al público. Se debe informar a los clientes que la venta de esquejes es legal, así como el cultivo de cannabis, siempre que no se trafique con drogas ni sea “en lugares no visibles al público”. También se pueden vender cactus y setas.

El artículo 36 es de naturaleza “no orgánica” (disposición final cuarta), por lo que el “mérito” de la despenalización con esta nueva redacción de la ley en principio hay que atribuirlo al gobierno y su mayoría parlamentaria.

De este modo el autocultivo no ha sido todavía legalizado pero si despenalizado, lo cual es la mejor noticia antiprohibicionista. Lo mejor que se podía hacer. El autocultivo solo es sancionable si está visible al público. No es sancionable el cultivo interior en el domicilio, ni el cultivo en un corral, invernadero ni el cultivo en la parte trasera de un chalet. No te pueden multar ni detener.

La mala noticia es que esta ley eleva a 601 euros (el doble) la multa mínima por tenencia de drogas (art.36.16), y que han sacado un articulo sobre cacheos, a los que denomina “registros corporales externos” (art.20). Pretenden que sea legal cachear sin prever un delito, con tan solo sospechar que puedas estar cometiendo la posible sanción grave administrativa de tenencia de drogas. Ya veremos que dicen los jueces.

Me quedo con lo bueno, con la buena noticia. Por fin se puede cultivar marihuana en interior sin temer a denuncias. Por fin se puede cultivar en un corral sin miedo. Por fin se puede cultivar en un invernadero. Por fin se puede enseñar el cultivo a los amigos o visitas, hacer fotos. Por fin se pueden vender esquejes. Ahora falta eliminar la prisión y las multas por comercio y posesión o tenencia. Salud. E.

Fdo. Enrique Fornes Angeles. Abogado colegiado nº 6.385. Valencia. 5 de junio, 2015.